"Nací para robar rosas de la avenida de la muerte". Charles Bukowski.

jueves, 22 de abril de 2010

Anomalías

El Barato,
son las once de la mañana,
y dos chicas están besándose delante de mi.
Yo vuelvo a tragar,
y pienso,
en la paradoja de que lo amargo
sea capaz de endulzarme.
Tan cierto como lo que escribió Use,
sobre que un poema nunca puede estar
terminado del todo.
Tan cierto como que es lodo
la alfombra que piso.
Es que ahora debo tener un muñón,
en vez de un corazón que grite fuerte.
Si no no entiendo esta anomalía,
disfunción,
intermitencia,
que no termina de irse.
Balas de verdad,
fui a parar a pecho descubierto,
creyendo que no me atravesarían.
Grandes sangrías,
volveré a llevar a casa
como si estos bandazos que ahora
martillean mi cabeza,
no fueran reales.
Intento decirle algo a las chicas,
pero ya se han metido en el baño.

lunes, 5 de abril de 2010

Lo que nunca tuve

Podía verlo,
girara mi vista a derecha o izquierda.
Siempre un milímetro por delante de mi.
Era como una de esas nubes,
que atraviesan los aviones,
en la pupila de nuestro pasado.
Era una sombra tan ancha,
como los trallazos de MDMA,
que no piden permiso para alzarnos
o derrumbarnos.
Así era lo que nunca tuve:
una fuente de la que no emanaba agua alguna.
Y claro,
yo sin saciarme.
Un concierto de los Cero,
la templanza en espiral,
la paciencia y sus límites.
Y ahora,
como un ensordecedor y leve gemido,
miro atrás,
y parece una de esas figuras de miniatura
con facilidad para ser destrozadas.
Lo que nunca tuve,
parece haberse rendido,
y haber cedido la iniciativa,
a mis nuevos avatares.